Gaby
Gazcón
Dirección
General
Reyna,
Violetta, y Viktor
Colaboradores
María
Esther Beltrán Martínez
Corresponsal
en España
Caifanes
cerrará el año con un concierto en Ecatepec
Se
presentan el sábado 14 de diciembre a partir de las cinco de la tarde en el
Tecnológico de la localidad.
Caifanes
es una de las bandas más legendarias, influyentes e importantes del rock
mexicano. Desde que anunciaron aquella presentación en el Vive Latino de 2011
lo suyo se volvió un hito y como tal se dedicaron a crecer los sueños de su
público que no los han dejado ir a descansar, pues lo que era un “aquí nos
tienen y nunca nos volverán a ver” se ha vuelto una renovación constante de su
calidad con cada presentación. Hasta el momento, aún no presumen nuevo material
pero se alude en entrevistas que ya tienen algo de eso; sin embargo, el setlist
de cada fecha y particularmente de esta en el estado de México huele a
nostalgia. Caifanes ha decidido hacer una última presentación en el año para
los seguidores de la entidad y del Distrito Federal este sábado 14 de diciembre
de 2013 en el Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec, ubicado a un
costado del Metro Ecatepec, donde en punto de las cinco de la tarde el grupo
desplegará toda su fuerza.
Su
regreso sigue siendo de ensueño en tanto se mantiene vigente una alineación
básica que ya es conocida: Alejandro Marcovich en la guitarra; Alfonso André en
la batería, percusiones y voces; Saúl Hernández en los vocales y guitarra;
Diego Herrera en el teclado, sax, keytar, guitarra y percusiones y Sabo Romo en
el bajo, teclado y voces.
Caifanes
fue una banda de rock mexicana bajo la batuta de Saúl Hernández. Fue un
elemento importante en el renacimiento de la escena rockera a finales de los
ochenta, cuando los grupos comenzaron a promoverse en los medios y ganaron
mercado frente al pop. Para muchos se trata del grupo más representativo de los
noventa. Tras su disolución, Hernández inició un nuevo proyecto, Jaguares.
Originalmente
Caifanes estuvo conformado por Saúl Hernández (voz y guitarra), Salvador
"Sabo" Romo (bajo) y Diego Herrera (teclados y saxofón). Alfonso
André (batería y percusiones) se uniría a la banda a partir de su tercera
presentación en vivo. Su primera presentación fue el 11 de abril de 1987 en
Rockotitlán. La expectación creada en el underground rockero mexicano fue tanta
que mucha gente se quedó fuera del recinto. Si bien Caifanes era un grupo
nuevo, la anterior banda de Saúl, Alfonso y Alejandro Marcovich, Las Insólitas
Imágenes de Aurora, tenía una amplia base de fanáticos. Su primer disco,
Caifanes (a veces nombrado también Mátenme porque me muero, Volumen 1 o Disco
negro) salió a la venta en agosto de 1988 y el sencillo Mátenme porque me muero
fue su primer éxito, seguido por Viento y La negra Tomasa, una versión de una
cumbia escrita por el músico cubano Guillermo Rodríguez Fiffe. El disco
mostraba claras influencias del grupo británico The Cure y del resto del
movimiento dark.
Gustavo
Cerati participó como músico invitado en la grabación del álbum tocando la
guitarra en La bestia humana. Este álbum fue precedido por un EP con tres
canciones producido con la intención de probar la aceptación del grupo entre la
posible audiencia; el resultado fue la venta de más de trescientas mil copias
y, por lo tanto, la grabación del primer LP.
Su
segundo disco fue Volumen II, pero es mejor conocido como El diablito. Esto se
debe a la inclusión de la imagen de un diablo, que recuerda una tarjeta de
lotería, acompañado por una leyenda que dice justamente "El diablito”. El
guitarrista Alejandro Marcovich se integra al grupo; su presencia resultó
notoria desde un principio y su estilo fue fundamental en lo que comenzaría a
ser el sonido de Caifanes. En El diablito aparece una de las canciones más
populares del grupo, La célula que explota. Esta canción, mezcla de balada
rockera con música de mariachi, apunta muy claramente la dirección que Caifanes
habría de tomar a partir de ese punto: una mezcla de rock con elementos de la
amplísima gama de estilos que comprende la música popular mexicana.
En 1992
se edita El silencio, producido por Adrian Belew y que incluye gran parte del
repertorio clásico de Caifanes, como No dejes que ..., Miércoles de Ceniza,
Nubes y Nos vamos juntos. Cuando este disco salió a la venta el grupo ya era un
éxito en México, Centroamérica, algunos países de Sudamérica y entre la
comunidad hispana de Estados Unidos. En agosto de 1992 llenaron por completo el
Hollywood Palladium de Los Ángeles. En 1993 hicieron lo mismo en el Palacio de
los Deportes de la ciudad de México, hazaña que ningún otro grupo de rock
mexicano había logrado hasta el momento; con dicho concierto Sabo Romo se
despidió de la agrupación. Diego Herrera lo seguiría poco tiempo después, al
concluir esa gira.
Al llegar
1994, Caifanes queda reducido a un trío conformado por Saúl, Alfonso y
Alejandro acompañados en el bajo por Federico Fong y en los teclados por Yann
Zaragoza. Juntos dan forma al último álbum de los Caifanes, El nervio del
volcán. Se eligen como sencillos las canciones Afuera, Miedo, Aquí no es así y
Ayer me dijo un ave. Su presencia en los medios de comunicación crece y es
seguida muy de cerca por los noticiarios de MTV Latino para quien realizaron un
unplugged (que en realidad fue un concierto eléctrico) y donde se documentaron
tanto el creciente éxito internacional del grupo (por ejemplo, en esos días
abrieron el concierto de los Rolling Stones en la ciudad de México y
participaron en el festival Womad, organizado por Peter Gabriel) como las
crecientes diferencias entre Hernández y Marcovich que llevarían a la
disolución del grupo (en un reportaje dado para MTV Latinoamérica, en Bogotá
Colombia, Saúl le pregunta a Alejandro "¿Qué tenemos en común?" y
éste responde sarcásticamente "¿El número de cromosomas?"). Caifanes
ofreció su último concierto el 18 de agosto de 1995 en la ciudad de San Luis
Potosí.
Tras la
desintegración de Caifanes, Hernández se dedica a recuperarse de un mal viral
en sus cuerdas vocales, e invita a Alfonso André (batería), a formar un taller
musical llamado Jaguares, Alfonso, en ese momento se encontraba tocando en La
Barranca con Federico Fong (bajo) y José Manuel Aguilera (guitarra) y propone a
Saúl incorporarlos a la nueva banda, generando una historia propia que brilló
con diversos premios internacionales hasta este regreso marcado por la añoranza
y el deseo que sea para siempre.
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