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Gaby
Gazcón
Dirección
General
Magaly,
Israel y Viktor
Colaboradores
María
Esther Beltrán Martínez
Corresponsal
en España
La
obra de Adrian Ghenie destaca por sus
pinceladas
psicoanaliticas y autobiográficas
*
“La cuestión para mi es cómo crear una pintura que te da la intimidad de la
experiencia cinematográfica, pero a la vez siga siendo una pintura” Adrian
Ghenie.
María
Esther Beltrán Martínez Fotos: Carlos
Santana Ruiz
Andalucía,
España.- El Centro de Arte Contemporáneo (CAC) Málaga presenta treinta
obras
del artista Adrian Ghenie, quien por primera vez se presenta en un museo
español. La exposición del artista rumano se compone de diversos formatos de
pintura. Entre los temas recurrentes para el artista son los acontecimientos
significativos de la historia reciente, concretamente aquellos que hacen
referencia a episodios conflictivos del siglo XX, como son la II Guerra Mundial
o la Guerra Fría. Además aparecen personajes destacados que, con sus acciones,
han cambiado de alguna manera el curso de la historia, aunque no sólo en el
plano político, también en la ciencia o en el arte. Además del cine de suspense
o las comedias slapstick, otras fuentes de inspiración del artista son los
archivos, documentales y libros históricos.
Visitar
la exposición es un gozo y uno se enfrenta a la historia con el punto crítico
del artista, quien empezó su
trabajo a partir de imágenes icónicas
post-pop.
Curador
de la exposición y director del CAC, Fernando Francés, expresa en el catálogo,
expreso para la exposición sobre el artista rumano nacido en Baia Mare en el año 1977: “Adrian
Ghenie es un pintor que sabe cómo se puede crear el suspense, cómo dirigir la
escena y también, cómo se consigue provocar en el espectador, esa mezcla mágica
de desasosiego y expectación que tantos artistas desean y sólo unos pocos
conocen. Ghenie utiliza magistralmente estos códigos, muy cercanos a los
efectos
que se pueden ver en el séptimo arte. Se esfuerza en dejar rastros de
incertidumbre, interrogantes en el ambiente e incógnitas sin resolver. Lo que
se puede sentir ante su pintura es algo parecido a la sensación de ser el actor
secundario de un thriller, con unos guiones y localizaciones muy cuidados, casi
diseñados con la intención de introducir lentamente al espectador en la
historia, dejándose atrapar en cada gesto. Y el espectador es actor secundario
porque el papel principal está reservado a personajes que son iconos de la
historia contemporánea. Protagonistas que han cambiado por sus actos el ritmo y
la velocidad de la historia, la ciencia y el arte y que han conseguido en
repetidas ocasiones despertar la sorpresa siempre desde el pensamiento no desde
el efecto. Hablamos de algo parecido al misterio y suspense que el espectador
ha padecido en North by Northwest (1959) o Psicosis (1960) de Hitchcock, o en
la popular serie Twin Peaks (1990) de Lynch, dos de los realizadores que son
referentes para el pintor”.
El
entusiasmo por la obra de Ghenie contagia Francés e invita a descubrir un
complejo e
intelectual laberinto de tortuosos caminos, en los que, cada
esquina, oculta una sorpresa o un detalle inusual que añade carga emocional a
una atmósfera en absoluto serena.
Indica
el especialista que “lo hace apelando a sentimientos y recuerdos
autobiográficos, a códigos que son inherentes a todo ser humano y que forman
parte notable de la memoria colectiva. En la mayor parte de su obra hay un
impacto sensorial e intelectual que va
más lejos del estrictamente visual. Las figuras y retratos de personajes
conocidos y reconocibles, muestran un lado oscuro. Son rostros que están
intencionalmente deformados o en ocasiones superpuestos a otros como buscando
la creación de un nuevo personaje al más célebre estilo shelleyriano, pero desde la cordura
más intelectual imaginable. No es la conciencia del espectador la que juega una
broma macabra ni el experimento de un científico loco, sino la actitud del
artista que coquetea con la creación.
como un Prometeo del siglo XXI”.
En
el recorrido por la sala se percibe una forma diferente de personajes, que son
estereotipos de una época, conocidos por todos, pero que son presentados con el
rostro deformado, sólo con unos pocos rasgos perceptibles que ayudan a que sean
identificados. Adolf Hitler (Untiled,
2011), Charles Darwin o Vincent Van Gogh (Self- Portrait as Vincent Van Gogh 3,
2014) son los protagonistas de sus pinturas. En otros trabajos, Ghenie recrea
momentos históricos como el entierro de personalidades (Duchamp’s Funerals II,
2009 o Stalin’s Tomb, 2006) o escenas de sus vidas (Charles Darwin at the Age
of 75, 2014) Las vivencias personales y autobiográficas están impresas en su
obra. Al deformar estos
personajes, el artista intenta trasladar cómo ha vivido
desde su juventud en Rumanía los últimos cambios trascendentales para la
evolución en diferentes campos, como son el político, científico o artístico.
Para el artista, en determinadas ocasiones es necesario volver al pasado para
entender el presente.
La
combinación de imágenes reales tomadas de fotografías documentales, junto con
sus experiencias personales, forman un collage mental que conforman el punto de
partida para el artista. El cambio político que vivió Europa a mediados del
siglo XX, con el principio y fin del nazismo, la caída del comunismo, los
bombardeos y la destrucción de las ciudades y la intensa propaganda de aquella
época dieron como resultado una sociedad con unas experiencias y perspectivas
muy diferentes a las del resto de etapas
históricas. Con pinceladas psicoanalíticas, Ghenie intenta reconstruir en sus
pinturas estas vivencias para comprender mejor todos los cambios posteriores.
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