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Gaby Gazcón
Dirección General
Magaly, Israel y Viktor
Colaboradores
María Esther Beltrán Martínez
Corresponsal en España
Maurizio Cattelan presente en la Costa del
Sol en la sede del arte contemporáneo CAC
María Esther Beltrán Martínez Fotos: Juan Carlos Santa Ruiz
Andalucía, España.-
Los amantes del arte siempre buscan ver
nuevas expresiones. Y se
necesitaría recorrer el mundo para observar las
diferentes expresiones artísticas que se produjeron en las últimas décadas del
siglo XX a la actualidad. Razón por lo que se aplaude el trabajo intenso y
gratificante que hacen instituciones como es el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC).
Recinto que recibe lo mejor del arte contemporáneo y aún en tiempo de crisis
tiene exposiciones que sorprenden a nacionales e internacionales.
Fernando Francés director del CAC y curador de las obras
tiende a dar sorpresas y sostener con argumentos profesionales y especializados
cada una de las exhibiciones que presenta tal es el caso de tener por primera
vez una exposición individual del artista italiano Maurizio Cattelan,
catalogado entre los más importantes del arte
contemporáneo. Su trabajo lo ha realizado en esculturas, fotografías e
instalaciones; causando escándalos y provocar todo tipo de comentarios.
“De formación autodidacta, su irreverencia y anarquía
marcaron su pauta de trabajo desde sus inicios. Tomó contacto con el arte
povera y con artistas como Pistoletto, Muz, Fabro o Manzoni. Tras explorar el
mundo del diseño, hizo de la performance y la instalación sus señas de
identidad, trastocando las reglas de arte y reflexionando sobre materias
controvertidas, como pueden ser la religión, el post- capitalismo o los
conflictos políticos de su país, de un modo subversivo y humorístico(...).La
línea entre el lado cómico y el trágico cruzan sus caminos en un intento por
establecer un falso equilibrio, pero a veces una realidad supera a la otra y es
el momento de ver las cosas tal y como son, sin máscaras. Cattelan se ha
quitado el disfraz y nos reta a que los demás lo hagamos. La cuestión es si
estamos preparados”, comenta Francés.
En el trabajo de Maurizio Cattelan el espectador se
cuestiona el porqué de la risa y del humor
que trasciende en sus obras- explica
Francés-. “En sus planteamientos afronta
dilemas profundos sobre el arte, hace una crítica social y política de su país
y también tiene pinceladas autobiográficas. Cronológicamente, la exposición
arranca con una fotografía de la performance histórica Cesena 47 – A.C.
Forniture Sud 12 (1991), que tuvo lugar en la Galería de Arte Moderno de Boloña
y en la que organiza un partido de fútbol entre dos equipos, uno de ellos
compuesto únicamente por jugadores norteafricanos. Cattelan emplea este
deporte, para poner el foco en los conflictos xenófobos que en aquel momento
existían en Italia. El racismo, como fuente de conflictos, pero otros asuntos
como la mafia, también se recogen en su trabajo. La obra Lullaby (1994),
realizada con escombros y basuras recogidos del atentado de la mafia que afectó
al Pabellón de Arte Contemporáneo de Milán en 1993, saca a la luz uno de los
problemas más graves de Italia y le da visibilidad a estos hechos”.
La obra Il Bel Paese (1995) en la que la imagen idílica
de Italia se reinterpreta de una manera muy visual. La pieza es una alfombra en
la que se reproduce la etiqueta de un queso y uno de los productos más
populares de Italia, como un estereotipo de este país en el que es fácil
imaginar las bondades del clima y su riqueza cultural. No obstante, al ser una
alfombra será pisoteada por los visitantes a la exposición, consiguiendo
desmontar esta versión idílica. La religión es otra fuente en la que se inspira
Cattelan. El neón con su nombre, en la que introduce una tercera T, apunta a la
imagen de las tres cruces, bien por las víctimas de los atentados mencionados
con anterioridad, o bien porque quiera hacer suyo la simbología religiosa que
alude a las tres cruces del Monte Calvario. También en Christmas’95 (1995) la
religión católica centra la obra, ya que consiste en un neón con forma de la
Estrella de Belén a la que introduce el emblema de los Brigadas Rojas,
organización de lucha armada en Italia que surgió en la década de los 70, cuyo
símbolo es una estrella asimétrica de cinco puntas. Y pinceladas
autobiográficas se pueden apreciar en la instalación Bidibidobidiboo (1996), en
la que representa a una ardilla disecada que se acaba de suicidar postrada en
una mesa. El mobiliario hace alusión a la vivienda en la que creció en Padua y
de la que se marchó al cumplir los 18 años. El suicidio del animal representa
la crisis existencial del paso de la adolescencia a la madurez. La melancolía y
la tristeza que supone dejar atrás otras facetas de la vida.
Está exposición da mucho para pensar y reflexionar sobre
actos que el artista manifiesta y presenta en cada una de sus obras.
Por cierto que Cattelan anunció su retirada en 2011, sin embargo sigue inmerso en
proyectos editoriales.
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