Gaby
Gazcón
Dirección
General
Reyna,
Violetta, y Viktor
Colaboradores
María
Esther Beltrán Martínez
Corresponsal
en España
Desde España:
Filosofía
de la vida presente en Andalucía
El
profeta loco presente en la sala de un
museo
como en el escenario de un teatro
María
Esther Beltrán Martínez Fotos: Daniel
Pérez / Teatro Echegaray
El Profeta Loco |
Andalucía,
España.- ¿Se imagina usted que diría y qué acciones tomaría Jesús de Nazaret si
viviera en la actualidad? ¿qué les diría aquellos que comercializan con su
nombre y con su imagen clavada en la cruz?¿cuál sería su diálogo con su padre
al ver todos los problemas que hay? Las respuestas son las que dan forma al
montaje de la compañía Avanti encabezada por el actor Eduardo Velasco, nacido en Santa Coloma de
Gramenet, criado teatralmente en Málaga y curtido en series como El internado o
producciones teatrales como De ratones y hombres.
El
profeta loco es el título de la obra que
empezó a maquinar la idea de interpretar a Jesucristo en una
conversación con compañeros teatrales. “La subida del IVA, que fue del 18 al 21
por ciento, el descalabro de la profesión y el éxodo de compañeros hacia
América Latina fueron las espoletas que me convencieron de sumar esfuerzos
con Avanti, una compañía con un claro
teatro de compromiso social, ideológico y político” explica Eduardo Velasco.
“Hemos conseguido un espacio mágico con este
espectáculo. Y es que el envite era mayúsculo: recrear en escena a una figura
histórica tan poliédrica, estudiada, interpretada, reinterpretada y manipulada
como la de Jesús de Nazaret un personaje cuyo mensaje de amor ha sido
completamente tergiversado”.
Velasco
comenta que un personaje como Jesús implica pasar por muchas emociones. que
enfrenta al público por más de una hora
ante un personaje humano mostrando a un
tal Jesús como trabajador de la cruz.
Con un
escenario sencillo y una música muy bien elaborada que da el clímax en cada
escena que traslada a la quietud que tiene una noche de luna llena en la
austera capilla de un monasterio.
La luz
plateada cae sobre el crucificado y cuando los ecos del canto gregoriano se
apagan, un hombre baja de la cruz con cautela. Tiene hambre y sed tras todo el
día en su puesto de trabajo. Otra noche a pan y vino y van ya dos mil años. Se
enfrenta a sus miedos y fantasmas. Siente la garra de la soledad, pero no está
tan solo como cree. Y una pregunta subyace en sus reflexiones, ¿qué hicieron
con todo aquello por lo que se sacrificó?
La
actuación del actor Eduardo Velasco es suprema. El manejo de su cuerpo y de voz
lleva al público a momentos de reflexión, de risas y tristeza. Por lo que al
finalizar la obra es ovacionado por varios minutos. Sin duda alguna Velasco se
entrega completamente en su personaje.
Velasco
no sólo se atreve a poner el Poeta Loco en uno de los teatros municipales de
Málaga, también se sube a la cruz por diez horas en el Centro de Arte
Contemporáneo de Málaga.
La
performance es una invitación al espectador a reflexionar sobre un tal ‘Jesús’
como trabajador de la cruz. Su jornada laboral es una jornada de crucifixión. Y
mientras él espera, el mundo y el tiempo pasan cabalgados por la historia
diaria. Un Jesús que trabaja para múltiples ‘empresas’ multinacionales que lo
tienen en nómina en calidad de icono mágico y referente primigenio. Su labor
diaria y única consiste en estar ahí, en exposición permanente ante todos,
comenta Velasco quien entiende la necesidad de exponer, y exponerse en primera
persona, como modo de crítica para visualizar un proceso bimilenario de
explotación, degradación y manipulación.
“Lanzó un
grito silencioso al espectador para dar a entender que todo es mercado. Que las
religiones son empresas y que Jesús ha devenido en mercadería fetiche. En
definitiva, la propuesta pone en juego el tiempo, el espacio, el cuerpo del
artista y la relación entre éste y el público con el propósito de evidenciar la
metamorfosis y la involución de un mensaje radical de transformación social y
política reduciendo a su protagonista a mero objeto de adoración”.
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