martes, 13 de mayo de 2014

Se exhiben grabados, cerámicas y objetos personales de Picasso en Ankara Andalucía, España


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Gaby Gazcón
Dirección General

Magaly, Israel y Viktor
Colaboradores

María Esther Beltrán Martínez
Corresponsal en España

Se exhiben grabados, cerámicas y objetos
personales  de Picasso en Ankara

María Esther Beltrán Martínez

Andalucía, España.-  La Fundación Picasso, Museo Casa Natal inauguró la exposición
Picasso. Grabado y cerámicas de su Casa Natal en la Sala de exposiciones del CerModern en Ankara. Tras exhibirse con éxito en las salas del Museo Pera, en Estambul, esta exposición ha supuesto la primera presencia de la Casa Natal en Turquía. La muestra en Ankara puede visitarse  hasta el 20 de julio.
Sesenta y nueve obras de las colecciones de la Fundación Picasso se despliegan para constituir una completa panorámica de los modelos, técnicas y estilos del artista malagueño entre 1921 y 1971, medio siglo de creación cambiante en la que combina y alterna clasicismo, cubismo y surrealismo.
“Los temas de la tradición se cuestionan, reinterpretan y reformulan a través de seis secciones que reflejan y testimonian la incesante búsqueda de Picasso, su defensa de la libertad y la autonomía del artista que le convirtieron en el mayor artista del siglo XX.  Seis secciones temáticas, compuestas por grabados, más otras dos integradas por cerámicas y por objetos y documentos personales, sirven para transmitir la riqueza de las colecciones de la Casa Natal del artista”, explica el director de la Fundación Picasso, José María Luna.
Sobre las secciones comenta que la primera es una revisión una por Cranach (1472-1533) y la siguiente por Delacroix (1798-1863) .
“Eugéne Delacroix , abanderado del Romanticismo con su rebeldía vital y su propensión al exotismo, y Lucas Cranach el Viejo con sus esbeltos desnudos que compaginan elegancia y melancolía, fueron artistas predilectos de Picasso. Delacroix, con su conocida pintura Las mujeres de Argel, es el punto de partida para una serie de óleos,  dibujos y grabados a los que Picasso se enfrenta en la década de 1950. Varias estampas, en las que alterna la línea pura y las sombras, combinando aguafuertes y litografías, en un ejercicio de intensificación de las formas y una creatividad creciente.  Parecidos mecanismos emplea en la interpretaciones de David y Bethsabé y Venus y el Amor, basados en Cranach, a los que acompaña una deliciosa y delicada revisión del retrato de una joven que utiliza las maneras del maestro renacentista alemán para reflejar los rasgos de Françoise Gilot, compañera de Picasso. Una segunda sección se titula Una belleza convulsa que se basa en la década de 1920”.
Comenta que es una época dura para el Picasso debido que está en plena crisis de su matrimonio con la bailarina rusa Olga Khokhlova, el artista encontró una vía de escape, y por
tanto de liberación, en el reconocimiento de los jóvenes surrealistas que en él veían a un pionero y una figura inspiradora. Picasso no tardó en adoptar la nueva estética que él había percibido desde el cubismo. La defensa de la intuición y de la libertad, de la belleza convulsa, se comprueba en esta selección de obras inquietantes. La serie de estados de la litografía
Dos mujeres desnudas sirve para seguir de cerca el proceso creativo de Picasso: desde la nebulosa original, las figuras surgen según modos de representación tradicionales para someter, primero a una figura y después a ambas, a una distorsión en aumento, un enrarecimiento de la escena, que ejemplifica a la perfección la rebelión surrealista.
La tercera sección se relaciona con Asuntos de Familia, en la que el público verá   escenas íntimas en las que Françoise Gilot lee mientras los dos hijos que tuvo con Pablo, Claude y Paloma, juegan a sus pies. Claude comparece también a los pies de su madre mientras ésta pinta, en tres grabados en los que ambas figuras son tratadas con audaces distorsiones que no bastan para evitar la ternura que es la que protagoniza los dos soberbios retratos que dedica a Paloma, aferrada a una muñeca, y que constituyen dos notables ejercicios de composición.
Le sigue La tentación de la antigüedad y La partida del caballero. La primera muestra la formación académica y academicista de Picasso, cuya formación artística se inicia en un
mundo que se rige todavía por la imitación y la reproducción de los modelos clásicos del arte grecolatino, está en la base de su fascinación, perenne, por los temas del arte de la Antigüedad. La segunda aborda rareza entre las rarezas, la serie de grabados de Picasso agrupados bajo el título genérico de La partida del caballero, de la que aquí reunimos una selección amplia, supone un enigma dentro de la producción gráfica de nuestro artista. Ajeno a los temas medievales, aquí Picasso nos muestra a un caballero con armadura que parte, acompañado de un paje y observado por damas e incluso por un prisionero, no se sabe si a un torneo, la guerra o las propias Cruzadas. En la base de estos grabados pueden estar elementos tan diversos como una historieta publicada en el diario L'Humanité, la historia trágica de la muerte, en un torneo, del rey Enrique II de Francia, las ilustraciones de libros de caballerías, una adaptación cinematográfica de la novela Ivanhoe de Walter Scott, o las formas deshumanizadas de los soldados de su cuadro-denuncia Masacre en Corea.

Y finalmente la sexta sección es Mujeres la figura de la mujer ha sido uno de los temas iconográficos más constantes en la obra de Picasso. Habitante de un mundo femenino que gravitaba primero alrededor de las sus hermanas y de su madre, y de sus distintas compañeras y esposas más tarde, el artista se ha enfrentado a la imagen de la mujer, objeto de esta sección, desde el lugar de quien al mismo tiempo admira e interroga al sujeto
femenino. La multiplicidad de modelos femeninos se plasma en escenas en las que la mujer es modelo para un artista que la retrata, en un ejercicio de pintura dentro de la pintura, se entrega, confiada, al sueño, se interroga a sí misma a través del espejo, juega con las apetencias amatorias del hombre, o simplemente a los naipes. Lugar especial ocupa la litografía Familia de saltimbanquis, de elaborada factura y composición, que se erige en alegoría de la vida a través de la sucesión de diversas generaciones de mujeres en una misma escena.

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